La afasia es una alteración del lenguaje expresivo o comprensivo; del lenguaje hablado, la lectura, la escritura, secundario todo ello a una lesión cerebral.
La afasia aparece como secuela tras un ictus, traumatismo, tumor u otra enfermedad. Aproximadamente el 30% de las personas que sobreviven a un daño cerebral presentan afasia, a pesar de ello, sigue siendo una patología desconocida para gran parte de la sociedad.
La alteración del lenguaje secundaria a una lesión cerebral es considerada como el principal determinante de la calidad de vida del individuo, ya que a través del lenguaje estructuramos nuestro pensamiento y es la manera de comunicarnos con el entorno. Este cambio provoca una limitación personal, social y emocional, ya que aparecen dificultades como:
- Hablar con sonidos peor articulados en ocasiones ininteligibles y de forma enlentecida.
- Utilizar exclusivamente sonidos para comunicarse.
- Dificultades para encontrar la palabra exacta.
- Utilizar una palabra cuando se quiere decir otra.
- No estructurar de forma adecuada lo que se quiere decir.
- Repetir palabras o frases que acaba de escuchar.
- Problemas para comprender el lenguaje hablado o escrito.
- No ser conscientes de las dificultades que presentan, extrañándose de que las personas no les entiendan. Siendo ello una de las principales limitaciones para su evolución al no presentar motivación para su recuperación.
Tipos de Afasia
Dependiendo de las dificultades mencionadas se establece una clasificación de las afasias según el predominio de dichas alteraciones:
- Afasia motora o de Broca: se caracteriza por una expresión verbal no fluida y muy afectada, con una comprensión relativamente mejor, aunque también afectada. El lenguaje espontáneo presenta una alteración importante de los mecanismos articulatorios, vocabulario restringido, agramatismo y reducción significativa de la longitud de la frase; se producen parafasias fonémicas y cada elemento sonoro requiere un esfuerzo particular para ser articulado. La escritura y la lectura también suelen ser alteradas, con numerosos errores en la ortografía y de omisión de letras. La mayoría de pacientes con afasia motora (tres cuartas partes de los pacientes) presentan un déficit motor, más o menos grave, del hemicuerpo derecho.
- Afasia sensorial o de Wernicke: los sujetos afectados por este tipo de afasia presentan un trastorno importante de la comprensión con una expresión verbal fluente, con buena articulación y prosodia, aunque muchas veces en forma de jerga semántica y vocablos ininteligibles (parafasias), esto provoca ininteligibilidad del habla y contenido vacío. La repetición, la denominación, la lectura y la escritura se encuentran alteradas, está última por escribir tal cual hablan. Es característico que todo ello se acompañe de anosognosia (falta de conciencia del déficit). La anosognosia y el contenido vacío del discurso completan un cuadro clínico que debe diferenciarse del lenguaje incoherente de la demencia.
- Afasia global o total: el término de afasia global se utiliza cuando están gravemente afectadas la expresión y la comprensión verbal. Con frecuencia el paciente presenta mutismo, elementos automatizados o emite siempre la misma palabra (estereotipia), que puede incluso utilizarse con una entonación adecuada a la intención comunicativa del paciente. Por el contrario, las formulaciones automáticas pueden distorsionar la comunicación al ser articulados con una intención comunicativa distinta u opuesta al significado real de las palabras emitidas. Los automatismos también pueden ser en forma de palabras malsonantes. Se encuentra abolida la repetición. El estado emocional de los pacientes con afasia global suele tender a la depresión como reacción a su dificultad comunicativa y a la afectación motora (hemiplejía derecha), común en estos casos. También pueden presentar una actitud de desinterés hacia el entorno y sin intención comunicativa, llegando a mirar con extrañeza cuando se intenta interaccionar con él. Al tener comprometido tanto la expresión oral como la comprensión, permanecen inexpresivos y ajenos a lo que ocurre a su alrededor.
- Afasia de conducción: aparece una desconexión de la conducción de impulsos sensoriales hacia los mecanismos motores. El lenguaje espontáneo muestra una articulación fluida, pero con presencia de trastornos anómicos y parafasias fonémicas. La comprensión está relativamente preservada, si bien pueden observarse discretos problemas para la discriminación fonémica y la comprensión de frases. Presenta dificultades en la repetición.
- Afasia sensorial transcortical: en este tipo de afasias se presentan un trastorno importante de la comprensión de palabras, aunque se encuentra preservada la repetición. La expresión verbal es fluente, muchas veces en forma de jerga y con predominio de la ecolalia (repetición de las palabras oídas). La lectura y la escritura suelen encontrarse gravemente afectadas.
- Afasia motora transcortical: los pacientes presentan una afectación importante de la expresión verbal siendo no fluentes, con comprensión conservada y buena capacidad de repetición. La expresión verbal se realiza con esfuerzo, siendo lenta y breve. Presentan dificultades tanto en lectura (pueden realizar una lectura oral pero no presentan comprensión lectora) como en escritura (al encontrarse reducida).
- Afasia transcortical mixta: es un trastorno grave del lenguaje caracterizado por la alteración tanto de la comprensión como de la expresión verbal que se reduce a ecolalias, si bien se conserva una buena capacidad para la repetición. Tanto la lectura como la escritura y la comprensión lectora se encuentran muy afectadas.
- Afasia anómica o nominal: la alteración de la capacidad para denominar o evocar palabras (anomia) es el más común de los trastornos afásicos. Cuando este trastorno es muy marcado, el lenguaje espontáneo se ve plagado de circunloquios que tratan de suplir la falta del nombre, o bien el paciente recurre a utilizar palabras ‘de relleno’ (sí, hombre; bueno; sabe usted; etc.), generalizaciones inespecíficas (una cosa; aquello; etc.) y palabras generales (emplear la misma palabra para comunicarse), aunque es un lenguaje expresivo fluente, con normal articulación y estructura. La comprensión se encuentra conservada. En lectura y escritura pueden aparecer algunos errores, por ejemplo, al intentar encontrar la palabra adecuada al escribir. La anomia puede aparecer en cualquier tipo de afasia.
Intervención logopédica en Afasia
En la intervención logopédica se tendrá en cuenta las capacidades anteriormente mencionadas, valorando cuáles se encuentran conservadas y cuáles alteradas y, la gravedad de las mismas, adaptando el tratamiento de forma individualizada a cada sujeto. Para dar un esbozo general de la línea de tratamiento a aplicar, vamos a establecer unas pequeñas bases:
- Cuando no hay lenguaje oral, se deberá valorar la comprensión oral y escrita. Si la comprensión se encuentra preservada será el punto desde el cual partir, por ejemplo, usando un cuaderno de comunicación basado en pictogramas para poder implementar una comunicación funcional. Al mismo tiempo y de forma paralela, se trabajará la producción de sonidos, vocalización de palabras, gestos, etc. que favorezcan la expresión y la producción espontánea del discurso.
- Cuando hay dificultad articulatoria, se trabajará la articulación de vocales, consonantes, la producción de sílabas, palabras e ir introduciendo dificultad en las construcciones gramaticales para así conseguir cierta fluidez e inteligibilidad del discurso.
- Cuando hay dificultades en la comprensión verbal, se trabajará asociando gestos comunes como sí/no, objetos reales, posteriormente imágenes reales, dibujos, y así progresivamente aumentando la dificultad de abstracción de lo que se asocia con la palabra oral.
Pautas de intervención para familiares y cuidadores de pacientes con Afasia
Ante esto hay una pregunta que como familiar o cuidador os realizareis: “Y ahora, ¿cómo puedo ayudar de forma correcta?”. Aquí os dejamos algunos consejos:
- Acudir lo más rápidamente posible a un equipo rehabilitador para que valoren las necesidades y establezcan unos objetivos realistas para la recuperación funcional, persiguiendo, en lo posible, la máxima independencia del paciente. Se debe tener en cuenta que la mayor parte de la recuperación neurológica se logra en los seis primeros meses, posteriormente, la mejoría es mucho más lenta hasta ir estabilizándose. Los profesionales os involucrarán en la rehabilitación, para que así vosotros como familiares/cuidadores aprovechéis los momentos que el paciente este menos cansado y colabore mejor, de tal forma que se pueda avanzar conjuntamente y en la misma dirección. Por tanto, cuanto antes se establezca una intervención logopédica para trabajar las dificultades mencionadas al inicio del artículo, mayor probabilidad de evolución favorable presentará el paciente.
- Es importante mantener la motivación en la rehabilitación de todas las funciones y que como familiar/cuidador sólo se supla aquello que el paciente no es capaz de realizar, para lograr la mayor autonomía y calidad de vida posibles. Se debe tener en cuenta que, hay una mayor probabilidad de evolución favorable cuando, por parte del paciente, aparece una implicación y constancia para ir consiguiendo los objetivos establecidos en la rehabilitación, de ahí la importancia que como familiar/cuidador intentes mantener esa motivación en la rehabilitación. En ocasiones será necesaria la adaptación del domicilio para facilitarle las tareas y lograr la mayor seguridad posible en las actividades de la vida diaria.
- La palabra ictus significa “golpe” en latín, el impacto que supone una enfermedad para la que nadie parece estar preparado, tanto para los pacientes como para vosotros los familiares/cuidadores. Sin embargo, con la implicación y motivación del paciente, y la ayuda de todos los profesionales, hoy en día hay argumentos para la esperanza. La rehabilitación que sigue a la fase aguda del ictus es una fase muy decisiva, que puede conseguir que el paciente alcance la máxima autonomía posible y, en muchas ocasiones, la recuperación deseada.
- Como familiar/cuidador la mejor ayuda que se puede ofrecer es la comprensión, el apoyo, hacerles sentirse queridos, apreciados, que sientan que siguen teniendo capacidad de decisión sobre su propia vida.