Diferencias entre un Retraso Simple del Lenguaje y un Trastorno Específico del Lenguaje

Como ya explicamos en artículos anteriores, un Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) es un conjunto de dificultades en la adquisición del lenguaje que está presente en algunos niños y no es causado por problemas neurológicos, cognitivos, sensoriales, motores o sociofamiliares. Surge después de un período de desarrollo normal hasta que no aparece el lenguaje cuando debería (generalmente de los 24 a 30 meses), y afecta a la expresión y/o comprensión del lenguaje, pudiendo implicar a todos, uno o algunos de los componentes fonológico, morfológico, semántico, sintáctico o pragmático del mismo.

Por otra parte, un Retraso Simple del Lenguaje (RSL) se caracteriza por un retraso en el lenguaje del niño, es decir, su evolución en relación al lenguaje no se da conforme a lo esperado en función de su edad cronológica. Generalmente, el retraso suele presentarse en una o más áreas del lenguaje, resultando especialmente destacables las alteraciones en relación a la fonología (pronunciación) y sintaxis (construcción de oraciones). De esta manera, entendemos el RSL como una evolución más lenta en la adquisición de los diferentes elementos que componen el lenguaje, sin considerarlo de esta manera una patología (el lenguaje se va desarrollando por los cauces normales, pero más lentamente).

Asimismo, el RSL tiene una escasa o nula repercusión sobre el aprendizaje del lenguaje escrito, siendo su núcleo sintomatológico el trastorno de la fonología con una afectación más o menos grave de la sintaxis, y el factor causal sería un retraso de maduración. En cambio, el TEL sería una patología duradera, con una notable repercusión sobre el aprendizaje del lenguaje escrito, siendo su núcleo sintomatológico extenso (fonológico, semántico, morfosintáctico, etc.), con un origen estructural.

 

¿Cuáles son las principales características diferenciales?

 

Por un lado, en el  RSL destacan los siguientes aspectos:

  • El acceso al lenguaje oral como forma de comunicación aparece un año y medio más tarde de lo habitual.
  • Existen pocas diferencias entre los niños diagnosticados con RSL.
  • Los niños presentan mayores dificultades en la expresión que en la comprensión.
  • El retraso en el desarrollo lingüístico es igual en todos los componentes lingüísticos (al producir los sonidos, al usar los distintos aspectos gramaticales, en el vocabulario, en el uso social del lenguaje, etc.).
  • La respuesta a la intervención es muy buena y su competencia lingüística mejora en poco tiempo.
  • Los problemas de emisión de sonidos y de vocabulario son los más llamativos.
  • Con un entorno estimulador y buenas capacidades intelectuales, los niños pueden compensar estas dificultades lingüísticas.

Por otro lado, al hablar de TEL se puede apreciar que:

 

  • Los problemas se dan tanto a nivel expresivo como comprensivo.
  • Existen muchas diferencias entre los niños diagnosticados con TEL.
  • Se dan errores lingüísticos que no se corresponden con los usuales en los procesos de adquisición del mismo, por tanto, estaríamos ante una desviación de los patrones normales de adquisición (por ejemplo, en la adquisición de las sílabas formadas por consonante más /r/, como “dragón”, lo más frecuente es sustituir la /r/ por la /l/ y decir “dlagón”. Sin embargo, los niños con TEL realizan una sustitución diferente a esta, habitual en el desarrollo del lenguaje).
  • Algunas habilidades lingüísticas propias de su edad están preservadas (por ejemplo, con 6 años pueden pronunciar la /rr/ perfectamente, mientras que otras más simples o primitivas están alteradas).

 

Existen distintos tipos de TEL según la combinación de las áreas que se encuentran afectadas. Así podemos encontrar a un niño que con 2 o 3 años comprende todo pero no habla o habla muy poco, otro niño puede hablar mucho, aunque de forma desordenada o poco coherente y tener una comprensión bastante baja; otros niños presentan problemas de comunicación, mostrando poco interés por relacionarse con los demás y poco interés por aprender; etc. Para realizar un diagnóstico diferencial, la evolución será la clave que determine de cuál se trata, ya que en un RSL la evolución es más rápida y homogénea. Si persisten, sin embargo, peculiaridades en el lenguaje y la evolución es lenta, se tratará de un TEL. En algunos casos, en poco tiempo se puede determinar la naturaleza de las alteraciones y, en otros casos, habrá que esperar hasta los 6 o 7 años hasta poder determinarlo con certeza.

Por esta razón, es necesario tener en cuenta estos aspectos de cara a la intervención logopédica, ya que éstos nos pueden orientar hacia unos objetivos más específicos y lograr un desarrollo óptimo en las aptitudes lingüísticas afectadas.

Leave a reply